Sólo experimentamos la indigencia

 

errar es el destino 

de los insólitos 

el precio de la libertad


el desierto que crece:


cada tanto una fuente

y un descanso 


derramarme, llenarme

derramarme otra vez

llenarme a tiempo 


un recipiente, recojo

y disemino 


de boca en boca, 

en cada amante una palabra

desgracia y don 


la sangre viene con una 

familiaridad 

del pensamiento 

así nos apropiamos el sentido 


sintiendo 


presentir:

una corazonada, 

un pálpito 


el cuerpo se abre hasta desintegrarse

me expongo

a la intemperie de los nombres 

la sangre viene con una obligación 


la frecuencia es insignificante 

lo significativo 

es modular

siempre somos los mismos, 


yo soy el medio 

conduciendo el flujo 


cantando, viendo

cómo bailan en ronda 

dan vueltas, giran, 

se marean 

fundimos plata y oro


reímos

hasta desintegrarnos 





























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