Cartografías del deseo


No hay territorio, sólo
páramo.
No hay lo abierto.

Hay lo vacío.
Los signos
son sólo marcas muertas,
un pliegue
en la página de un libro
que todavía no leímos.

Hay lo vacío.
Un líquido precioso derramado
en mis dedos,
un sabor
incómodo
en la boca.

Que el goce
es la clausura del deseo,
eso ya lo sabíamos.
Mil veces
estuvimos acá
y no aprendimos nada,

seguimos insistiendo
en esbozar un mapa
allá
donde no queda territorio.

Comentarios

Entradas populares